Qué es el Bokashi
Se trata de otra opción para descomponer residuos orgánicos en casa. Y transformarlos en una base de compost de primera calidad, con la que abonar las plantas de nuestro jardín urbano. Sin desprender malos olores, sin atraer insectos, y en tan solo 2 semanas.
Bokashi o Bocashi, es una palabra japonesa que significa Materia Orgánica Fermentada. Su proceso de fermentación es diferente al compostaje tradicional, y al vermicompostaje. Ya que para transformar esos restos vegetales, se aplica un inóculo de microorganismos que activa y acelera el proceso de descomposición.
Bajo el mismo nombre de Bokashi existen dos procesos diferenciados de compostaje rápido, en los que intervienen distintos microorganismos.
El proceso tradicional, que consiste en amontonar en el suelo restos orgánicos como cascarilla de arroz y estiércol, al que se añade melaza, minerales y microorganismos eficientes. La fermentación se produce de forma aeróbica (con presencia de oxígeno), y requiere de volteos diarios para asegurar que entre aire.
Esto hace que se alcancen temperaturas muy elevadas, más que con un compostaje tradicional, o con el vermicompostaje. Por lo que no es una práctica viable en espacios urbanos, como balcones y terrazas.
En un entorno GreenCity, emplearemos otro proceso de compostaje con Bokashi. Que consiste en una fermentación anaeróbica, sin apenas presencia de oxígeno. En el que la materia orgánica se deposita en un pequeño cubo hermético, y por cada capa de restos vegetales, se va añadiendo una capa de inóculo Bokashi.
Este inóculo, llamado también salvado Bokashi, activará la fermentación, al estar compuesto de microorganismos eficientes. Y convertirán los residuos, en una base de compost (o digestato) de primera calidad, en tan sólo 2 semanas.
Sigue leyendo, que esto es sólo el resumen de lo que necesitas para hacer un buen Bocashi para tus plantas.
Beneficios que aporta el Bokashi a tus plantas
Al ser un producto colonizado al completo por microorganismos, es un inóculo excelente para el sustrato de tus plantas
Facilita la asimilación de nutrientes
El digestato obtenido, está completamente lleno de microorganismos benéficos, que ayudarán a transformar los nutrientes del sustrato para que sean asimilables por las plantas. Son imprescindibles en la alimentación orgánica de nuestras plantas, porque puede haber nutrientes en el sustrato, pero sin microorganismos éstas no pueden procesarlos.
Estimula el crecimiento de las plantas
El bokashi aporta también enzimas, aminoácidos, y compuestos que regulan el crecimiento vegetal. Dándole a las plantas lo que necesitan para crecer a su propio ritmo, fuertes y productivas.
Estos microorganismos son también grandes defensores, manteniendo a raya otros hongos y bacterias más agresivos, que podrían resultar peligrosos para el desarrollo de las plantas y sus frutos.
Mejora el suelo y el sustrato
Cuando aportamos bocashi, incorporamos una gran cantidad de microorganismos que colonizan inmediatamente el suelo, o el sustrato, donde se aplica. Lo que crea una capa de biofilm que aporta el medio adecuado para que los procesos químicos y microbiológicos se desarrollen con mayor facilidad.
Provoca también que los suelos se mantengan aireados como esponjas, con una buena proporción de micro y macroporos donde el agua se puede quedar retenida, y estar disponible cuando las plantas lo necesiten.
Material necesarios
Antes de iniciar el proceso para la elaboración del compost Bokashi, recopila los materiales que necesitarás para hacerlo.
Cubo para compostaje Bokashi
Para realizar este tipo de compostaje es necesario disponer de un cubo con cierre hermético, sin ventilación, y con un grifo para retirar los lixiviados. Existen multitud de opciones en el mercado, sólo tienes que elegir la que mejor se adecúe a tus necesidades.
Presta atención a los materiales que incluye cada kit. Algunas opciones de precio más ajustado pueden no estar incluyendo artículos imprescindibles, como la tapa interior, o vasos medidores.
Inóculo de macroorganismos
También es imprescindible que dispongas de los microorganismos que se encargarán de la fermentación rápida de la materia orgánica.
Cuando adquieres el cubo, suele incluir la primera bolsa de microorganismos eficientes. Se trata de una mezcla de melaza, salvado, y microorganismos como: bacterias acidolácticas, levaduras, bacterias fotosintéticas, actinomicetos y hongos enzimáticamente activos.
Éstos pueden venir inoculados en salvado de cereales, o venderse en formato granulado.
Tapa interior
Dado que el proceso de fermentación es sin aire, será más efectivo si los restos que introducimos están ligeramente prensados. Por eso tras aplicar el activador es recomendable aplastar suavemente los materiales que hemos introducido.
Si en el kit no viniese una tapa interior con la que hacerlo, puedes aplastarlo con la mano, o ayudarte de algún utensilio como una espátula o espumadera.
También puedes hacer un círculo de madera a medida, para poner encima de los restos y dejarlo allí a modo de prensa (y para reducir la cantidad de oxígeno en el cubo).
Vaso
Para recoger el líquido resultante del lixiviado necesitarás un pequeño vaso, botella o recipiente, que se ajuste a las dimensiones del grifo. Algunos cubos ya lo incluyen en el kit, pero si no es tu caso, tendrás que hacerte con uno.
Recipiente medidor
Para añadir la cantidad exacta de inóculo necesaria. La dosis de activador recomendada suele ser de 20 ml, por lo que ese es el volumen del recipiente que necesitarás.
Si la forma se adapta al espacio disponible alrededor del grifo, podrás usar este mismo tanto para aplicar los microorganismos como para recoger los lixiviados.
Otros materiales opcionales
Recipiente para congelación
Si apenas cocinas en casa, y diariamente juntas muy pocos restos orgánicos, una buena solución puede ser congelarlos. Elige un recipiente de aproximadamente 1 litro, y vete introduciendo en él los restos, congela, sigue llenando, congela… y cuando esté completo, deja que se descongele, retira el líquido si lo hubiese, y añádelo al cubo como si fuesen restos frescos.
De esta manera, evitarás que se pudran y que se generen malos olores.
Caja grande con sustrato
Si tras las 4 semanas que necesitas para hacer precompost (digestato), quieres seguir el proceso para que se transforme en compost, tendrás que mezclarlo con más sustrato. Y para ello necesitarás un recipiente grande donde mezclar ambas partes.
Es recomendable que tenga tapa para protegerlo de los rayos solares, pero que deje pasar el aire.
Otras cosas a tener en cuenta
Cuando iniciamos este proceso, hay que pararse a pensar y tener en cuenta dos factores que influirán enormemente en el éxito del proceso.
Elegir el cubo Bokashi más adecuado
Existen muchas opciones en el mercado, y seguro que alguna se ajusta a las dimensiones y decoración de tu cocina. Recomendamos, sin duda, que adquieras alguno de los modelos comerciales, porque:
- son robustos, se mantienen mucho tiempo en buenas condiciones, y no se romperán fácilmente al manipularlos.
- cierran bien, son herméticos, lo que asegura que el proceso sea realmente sin presencia de oxígeno, y por tanto sin podredumbres ni malos olores.
- tienen un grifo, ya incorporado, para la recogida de los lixiviados
Además de elegir el diseño que más te guste, o el que tenga un precio más ajustado a tu bolsillo, la decisión fundamental estará en el volumen del recipiente.
Tendrás que observar primero la cantidad de residuos orgánicos que se genera en tu vivienda en unas 2 semanas. Ya que es el tiempo medio en el que suele llenarse el cubo Bokashi, si añadimos los restos troceados diariamente.
Lo más habitual es que varíen entre 10 y 16 litros. Si generas gran cantidad de residuos orgánicos, lo más recomendable sería que te hagas con 2 cubos. Así, en cuanto se llene uno, podrás sellarlo, y comenzar a llenar el otro. Alternando el uso de ambos sin tener que esperar e ir acumulando materia orgánica.
El mejor lugar para tu cubo Bokashi
La mejor ubicación será un lugar fresco en la época del año en que las temperaturas son altas. Y un lugar cálido cuando fuera refresca a diario.
También se recomienda que esté alejado de los rayos solares, tanto para evitar que se eleve en exceso la temperatura interior, como para evitar que el material del recipiente se deteriore anticipadamente.
En la mayoría de las casas el lugar que cumple estas características es la cocina. Que cuenta además con la ventaja de la cercanía a los restos vegetales. Tampoco hay malos olores. Así que es como tener una torre de reciclaje más en tu cocina.
Cómo hacer el compost Bokashi
Cuando hayas adquirido los materiales, y ya tengas al menos un litro de residuos orgánicos, podrás comenzar el proceso de fermentación y obtener tu propio compost en un tiempo récord.
Proceso de fermentación
El primer paso es comprobar que el grifo está en la posición cerrada. Así evitarás sustos cuando la fermentación haya arrancado, y los líquidos comiencen a bajar.
Si es la primera vez que haces este proceso de fermentación Bokashi, tendrás que añadir al fondo del cubo 40 ml de activador.
Si ya tienes precompost hecho, puedes dejar una capa en el fondo, y éste actuará de inóculo.
A continuación se añadiría una capa de restos orgánicos de aproximadamente 1 litro. Éstos deben estar cortados en trozos pequeños para que la fermentación sea más eficiente.
Si los restos han sido congelados, espera hasta que estén a temperatura ambiente, para incorporarlos al cubo. Los microorganismos necesitan una temperatura estable para hacer su función, por lo que un cambio brusco de temperatura podría detener o ralentizar el proceso.
Encima, esparce otros 20 ml de activador Bocashi. Y prensa bien, para eliminar las bolsas de aire.
Por cada capa de 1 litro de materia orgánica que introduzcas, espolvorea por encima 20 ml de microorganismos eficientes, y prensa para que vaya saliendo el aire.
Pon la tapa, asegurándote que cierra herméticamente. Y déjala cerrada todo el tiempo, hasta que vuelvas a introducir tus restos de cocina al día siguiente. Recuerda que se trata de una fermentación anaeróbica, por lo que cuanto menos aire haya, más eficiente será el proceso.
Las próximas veces que abras el cubo, deposita en primer lugar los restos troceados, y a continuación los 20 ml de activador. Y así sucesivamente hasta que el recipiente esté lleno.
Como paso final, espolvorea 40 ml de activador Bokashi, prensa, y tapa.
Deberás esperar 2 semanas hasta que el precompost, o digestato, estén listos para su uso.
Durante el proceso de fermentación, se van generando líquidos, que se recogen en la parte inferior del cubo. Se recomienda su extracción a través del grifo, cada 3-5 días, para que no se pudra y genere malos olores.
Pasadas las 2 semanas en las que el cubo permanece clausurado, ábrelo y comprueba que el proceso ha ido correctamente.
Si tiene un olor agridulce, similar a un pastel de manzana, está hecho. Si huele a podrido, algo ha ido mal, y no podrás utilizarlo en tu huerto urbano.
Si en la parte superior tiene moho blanco, no te preocupes, es beneficioso. Pero si el moho es negro, tendrás que desechar todo el contenido.
El volumen se habrá reducido un 25% aproximadamente. Y verás que los residuos que has introducido, apenas tienen un cambio visual, pero químicamente sí lo han hecho. Por lo que en tan sólo 3 semanas más, podrás tener un auténtico compost hecho.
Un poco más abajo te explico cómo.
Qué se puede echar al cubo
Los sistemas de compostaje Bokashi, permiten agregar muchos otros productos de desecho que no son aptos para la pila de compost tradicional, o la vermicompostera. Y tampoco es necesario ser exhaustivo con la relación entre el carbono y el nitrógeno aportados.
Materia fresca
- Restos de verduras, frutos, y frutas.
- Alimentos cocinados
- Carne y pescado, crudos y cocinados.
- Quesos y yogures
- Restos de huerta: ramas y hojas de hortalizas podadas, hierbas…
Materia seca
- Plantas y hojas secas, paja, cascarilla de cereales,
- Papel sin tintes, serrín sin tratamientos químicos.
- Pañuelos de papel (poca cantidad)
Otros
- Restos de café molido e infusiones
- Ceniza y pelo (en pequeñas cantidades)
- Cáscaras de huevos
- Pan
Todos los restos que se incorporen deben ser en trozos pequeños, y mejor si va mezclada la materia fresca con la seca, en vez de hacer una capa de cada.
Lo que no se recomienda echar al cubo
En general, no debería añadirse ningún elemento que sea bactericida o fungicida, ya que ésto disminuiría la población de microorganismos deteniendo el proceso de fermentación.
Además, al ser un proceso rápido tampoco se recomienda añadir residuos orgánicos excesivamente duros, que necesiten un largo proceso de compostaje. Ni añadir heces, puesto que en recipientes tan pequeños no puede garantizarse la eliminación de patógenos, como la E-coli.
Residuos a evitar
- Medicamentos, y productos químicos
- Líquidos: vinagre, zumos, salsas, leche, aceite, agua…
- Cáscaras de frutos secos.
- Huesos
- Excrementos
Cómo cosechar el Bokashi
Bokashi sólido
Lo que obtenemos tras las 2 semanas de sellado, es un precompostaje donde los restos orgánicos son colonizados por microorganismos. Y se produce únicamente la fase de fermentación, donde la forma física de los materiales que hemos añadido apenas se habrá visto modificada. Es aún una fase temprana del compostaje, por lo que los restos no deben incorporarse directamente cerca de las plantas.
El siguiente paso es mezclar el digestato obtenido con un volumen similar de tierra o sustrato. Puedes tener una caja específica para ello, donde ir vertiendo los restos de turba o tierra de tus recipientes, para luego mezclarlo con el Bokashi.
Las bacterias beneficiosas continuarán descomponiendo los restos de comida, y en unas 4 semanas obtendrás un compost de gran calidad, o un sustrato regenerado, completamente lleno de nutrientes y microorganismos.
Si tienes grandes jardineras o contenedores, puedes enterrar directamente el digestato, en un lugar alejado de las plantas. Así te asegurarás que las raíces no son quemadas, bien por el exceso de nutrientes o el incremento de temperatura.
Este proceso de compostaje, posterior a la fermentación, es aeróbico por lo que es recomendable remover la tierra con el precompost 1 o 2 veces por semana. Además, para que el proceso se desarrolle correctamente, la mezcla debe estar húmeda en todo momento.
Bokashi líquido
En función de lo secos o húmedos que hayamos ido incorporando los restos. y del lugar que hayamos elegido para situar el cubo de Bokashi. Podrás tener otra cosecha, en formato líquido: los lixiviados del proceso de fermentación.
Es un concentrado de nutrientes de los restos vegetales, con bacterias, hongos, protozoos, levaduras, actinomicetos… Además de nutrir las plantas, inhiben enfermedades, al aumentar la resistencia de la planta a la infección, y por ser antagonistas con los patógenos por el espacio y el alimento, frenando o impidiendo su desarrollo.
Éste lixiviado debe recogerse cada 2 o 3 días, y utilizarse lo antes posible para que los microorganismos sigan vivos.
Es bastante concentrado, por lo que si se aplicase sin diluir podría dañar o desequilibrar las plantas. Conviene diluirlo, añadiendo 1 litro de agua por cada 100 ml de lixiviado.
Con esta dilución podrás ir regando el sustrato, y asegurarás que a tus macetas no les falten nunca los microorganismos que tanto necesitan.
Para aplicarlo, coge tu pulverizador GreenCity 2, ponle el filtro que trae incluido, y echa los 100ml de lixiviado. Retira el filtro, y rellena con 1 litro de agua sin cloro. Agita un poco, pon la boquilla regulable abierta, dale presión, y ya está listo para aplicar directamente al sustrato.
Y si te sobra, hay otro uso sorprendente para los lixiviados. Puedes echarlo por el desagüe para limpiar las tuberías y olvidarte de los malos olores. Una aplicación frecuente de este líquido hará que los microorganismos procesen los restos orgánicos adheridos a las tuberías, evitando atascos y malos olores.
En ésta publicación hemos querido compartir el método de compostaje doméstico rápido, mediante la técnica Bokashi. Para que puedas seguir paso a paso, y comprender los procesos que se van dando.
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Que tengas una buena cosecha…