Tanto el vermicompost como el humus de lombriz, son productos básicos en cualquier huerto urbano. Ya que aportan microorganismos benéficos que nos ayudan con la nutrición de las plantas, mejoran el suelo, y estimulan el crecimiento vegetal.
Puedes usarlos como sustrato en las macetas, como abono, para hacer tus propios semilleros, o para facilitar los trasplantes.
Si vas con prisas, o apenas cocinas en casa, comprar el humus ya hecho podría ser la mejor opción para tí..
Pero si generas bastantes restos vegetales en la cocina, y dispones de algo de tiempo, puedes hacerte tu propio vermicompost. Y por supuesto, tu propia vermicompostera.
En esta publicación verás el paso a paso para que puedas construir la lombricompostera más adecuada a tus necesidades.
Qué es una lombircompostera o vermicompostera
Una vermicompostera es un recipiente cerrado, donde las lombrices procesan restos orgánicos, transformándolos en vermicompost. Que a continuación podrá estabilizarse y formarse humus de lombriz.
Se trata de un compostaje rápido, en poco espacio, y sin malos olores. Un sistema ideal tanto para pisos de tamaño medio, como para apartamentos pequeños.
Al ser desmontable, facilita cambiarla de sitio según las condiciones ambientales. Podrás darle a las lombrices el hábitat que necesitan para compostar y reproducirse.
Cómo funciona una vermicompostera
Una vermicompostera, también llamada lombricompostera, estará formada por varias alturas. Y en cada una de ellas se desarrolla una fase diferente del proceso de vermicompostaje.
Primer piso: recogida de lixiviados
En la parte inferior de la vermicompostera se recogerán los líquidos que se generan durante el proceso, son los llamados lixiviados. También se le llama humus líquido, pero realmente no lo es, ya que no ha pasado un proceso de humificación.
Facilita mucho el proceso de recogida de lixiviados, si la lombricompostera tiene un tapón o un grifo, y si el depósito tiene una ligera inclinación.
Segundo piso: comida de las lombrices
En esta segunda bandeja se instalará la cama de las lombrices. Y se les irá alimentando poco a poco, a medida que vayan consumiendo los restos orgánicos depositados.
En función de la cantidad de lombrices que hayas inoculado en la vermicompostera, podrás añadir más o menos cantidad de alimento, y el proceso de compostaje también ocurrirá a distinta velocidad.
Cuando el vermicompost esté hecho y llegue a 3 ⁄ 4 partes del recipiente, es momento de hacer una nueva cama, que situarás de nuevo en el segundo piso.
No olvides poner un trozo de cartón de la medida de la bandeja, en el fondo, para que las pequeñas lombrices no se cuelen al recipiente de los lixiviados.
Y ve añadiendo cantidades pequeñas de restos vegetales cada vez que veas que desaparecen, y se transforman en algo parecido a tierra de bosque.
Tercer piso: vermicompostera madurando
Al colocar una nueva cama en el segundo piso, el vermicompost, quedará como tercera bandeja. Ahí dejaremos que vaya transcurriendo su proceso de humificación.
Además, le damos tiempo a las lombrices para que vayan descendiendo a la segunda bandeja en busca de restos orgánicos.
Hay dos opciones, esperar a que bajen ellas cuando ya no haya más que procesar en la tercera bandeja. O forzarlas un poquito, dejando la bandeja sin tapar, para que el aumento de temperatura y la radiación solar, hagan que las lombrices desciendan buscando un lugar más fresco y húmedo.
En algunos sitios se recomienda poner los restos vegetales en el tercer piso y esperar a que las lombrices suban. No es un buen sistema, ya que, además de estar empapando el vermicompost con los lixiviados, para las lombrices es más sencillo bajar que subir. Sobre todo por el espacio vacío que queda entre bandejas para que haya aireación.
Cuarto piso: tapa
Durante el proceso de vermicompostaje, las bandejas deben estar tapadas en todo momento. Porque protege a las lombrices de los rayos UV, mantiene la humedad, e impide que accedan plagas y depredadores.
Sólo podrá quedarse destapada, cuando lo que buscamos es que las lombrices abandonen el vermicompost ya hecho.
Otras bandejas
Si tienes una colonia de lombrices muy productiva, quizá necesites añadir bandejas adicionales, para tener margen, y poder ir madurando el vermicompost.
Recuerda que la nueva cama siempre va en el segundo piso. El vermicompost que acabamos de retirar, en el tercer piso, para que puedan bajar las lombrices.
Y el resto de producción, irá almacenado. Poniendo, siempre, el más humificado en la parte superior, listo para poder usarse.
Si no tienes más bandejas, puedes dejar que el proceso de humificación transcurra alejado de la vermicompostera. Almacenándolo, por ejemplo, en un saco de yute, en un lugar fresco y sombreado.
Materiales para hacer una vermicompostera
Si disfrutas el DIY y el bricolaje, te parecerá sencillísimo hacer tu propia lombricompostera. Existen muchos modelos, de distintos materiales. Te mostramos los pros y contras de cada uno para que puedas elegir el más adecuado para tu huerto urbano.
Madera
La madera es un material sencillo para trabajar con él. Pero es materia orgánica, y con la actividad microbiana, acabará por degradarse.
Además, en sitios muy húmedos pueden alojar hongos y bacterias perjudiciales para las lombrices.
Su capacidad de aislamiento de la temperatura y la humedad, es de nivel medio.
Cerámica
La cerámica es un material increíble, por ser natural. Les da a las lombrices lo que necesitan.
Aunque son muy delicadas, difíciles de manejar debido a su peso, y el cierre entre bandejas podría no ser del todo eficiente. Lo que permitiría la entrada de insectos, la fuga de alguna lombriz, o la salida de malos olores.
Su capacidad de aislamiento de la temperatura es excelente, siempre que podamos mantener alta la humedad.
Poliespan o poliestierno
Existen distintas calidades de poliespan. Para elaborar una vermicompostera, el que recomendamos es el poliestireno extruido. Puedes identificarlo porque está más prensado, y no se le notan casi las bolitas.
Es la forma más sencilla de construir una vermicompostera. Apenas necesitas materiales y en media hora la puedes tener lista para usar. Pero es, junto a la madera, una de las que peor resiste el paso del tiempo.
Tiene una alta capacidad de aislamiento tanto de la temperatura como de la humedad. Siendo bastante superior en el extruido que en el expandido (el que se deshace en bolitas fácilmente).
Plástico
El plástico no es la opción más ecológica, pero es ligero, fácil de manejar y resistente al paso del tiempo.
Es la segunda opción más sencilla si has optado por una vermicompostera DIY (Do It Yourself). Ya que necesitarás algo de herramienta para hacer los agujeros.
Tiene muy baja capacidad de aislamiento de la temperatura, de hecho, se calienta con mucha facilidad. Aunque si se pone en un lugar fresco, sigue siendo una buena opción.
Construcción de una vermicompostera paso a paso
Una vez elegido el material, el siguiente paso será ponerse manos a la obra. Para hacerlo correctamente, debes tener en cuenta las necesidades del proceso de vermicompostaje. Sigue estas indicaciones, y le estarás dando a las lombrices las condiciones ideales para que todo vaya bien.
Asegura su ventilación
El proceso de vermicompostaje es aerobio, es decir, que tanto las lombrices como los microorganismos, necesitan aire para vivir.
Si la ventilación no fuese suficiente, el proceso sería anaerobio, y los restos orgánicos se pudrirían, generando amoniaco. Lo que mataría a las lombrices.
Por eso es importante la forma que tenga la lombricompostera. Debe tener la mayor base posible, y no demasiada altura. Así habrá más superficie expuesta al aire, y será más sencillo que no haya pudriciones.
Por ejemplo, las cajas de poliespan tendrían unas dimensiones adecuadas. Mientras que una torre con cubos de plástico, sería demasiado alta y habría muy poca superficie en contacto con el aire.
Es imprescindible que el interior de la vermicompostera esté bien ventilada, tienes que garantizar que además el aire pueda circular.
Por lo que en cada bandeja, deberás perforar múltiples agujeros, a lo largo del borde superior. Hazlo en todos los laterales, para asegurar que el aire pueda entrar por un lado y salir por otro.
Recomendamos realizar el mayor número posible de agujeros sin poner en riesgo la resistencia del material. Así que trata de hacerlos a tresbolillo, como en este esquema:
El recipiente que vayas a destinar a la recogida de lixiviados, deberá quedar sin agujeros, así evitas que se evapore el líquido, y pueda haber malos olores.
Permite la circulación de lombrices y el paso de lixiviados
Ya has leído que el proceso de vermicompostaje requiere que las lombrices pasen de un recipiente a otro, en busca de nuevos restos vegetales que procesar.
Y para ello, deberás agujerear también el fondo de las bandejas en las que vayas a vermicompostar.
Los agujeros serán de unos 3 mm, y deberán estar repartidos por toda la base de bandeja, excepto las zonas más próximas a los laterales.
Éstos agujeros servirán también para que los líquidos resultantes del proceso de vermicompostaje, puedan bajar a la bandeja de lixiviados, y almacenarse allí.
Evita malos olores con un simple grifo
Para facilitar la recogida de éstos lixiviados puedes instalar un pequeño grifo. Lo más sencillo es ponerlo en un lateral de la bandeja, lo más abajo posible.
Para poder recoger con facilidad los lixiviados, tendrás que elevar la vermicompostera. Puedes situarla sobre una estructura, o colocarla sobre una superficie elevada.
Recuerda poner siempre la tapa
Debes asegurar que la tapa que consigas encaje firmemente. Si no lo hace será recomendable colocar un peso encima, para que no queden huecos.
Tienes que asegurarte que no entran los rayos del sol, e impedir que puedan colarse insectos más grandes o depredadores.
En ésta publicación hemos querido compartir todo el proceso para que puedas construir tu propia vermicompostera, independientemente del material con el que hayas elegido hacerla. Si quieres ampliar información sobre el Humus de lombriz, y otros procesos para obtenerlo, consulta los artículos relacionados que aparecen en esta misma página.
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Que tengas una buena cosecha…
