La filosofía slow garden o jardín lento es una tendencia que podría considerarse un estilo de vida que cada día es más popular. Está inspirada en la comida lenta, pero se aplica a todos los ámbitos de la vida. Esta tendencia esta influenciada por los jardines japoneses, las perspectivas visuales, la energía y el feng shui.
El principal objetivo de la jardinería lenta se basa en restablecer y fortalecer la conexión con la naturaleza. ¿Quieres crear tu propio slow garden? Aquí te damos unos consejos:
1.Siembra tu propia cosecha
Cultivar tus propias verduras y frutas te aseguras de tener productos orgánicos y más sanos, sin pesticidas. Además de la satisfacción por comer algo que tú has sembrado, es un primer paso para la transformación hacia la sostenibilidad alimentaria.
2.Jardin no estacional
Tu jardin tiene que adaptarse a todas las estaciones del año, así disfrutarás de ellos en cualquier época. Cada cultivo tiene su momento ideal y debemos conocerlo y ver cómo crecen las plantas gradualmente. No hay que tratar de acelerar el proceso con fertilizantes.
3.Abonos naturales
En vez de utilizar productos químicos y artificiales, preparar abonos orgánicos nos ayudara a nuestro slow gardering. Deposita en un cajón de madera todos los residuos naturales que generas, como restos de frutas y verduras, y con ello crea abonos naturales.
4.Especies autóctonas
Para un jardin lento es imprescindible tener plantas adecuadas de cada lugar. Suelen ser más resistentes ya que se adaptan mejor al clima y no caerás en la presión de querer que crezcan rápidamente. ¡Apuesta por las especies de tu zona!
5.Herramientas manuales
En slow gardening se deben usar herramientas manuales, que sean silenciosas. Los aparatos que funcionan con gasolina no son los más adecuados ya que resultan menos sostenibles. Recuerda que el objetivo es disfrutar del trabajo y no realizarlo lo más rápido posible. No uses la desbrozadora o el cortacésped si no que cámbialos por la azada o el rastrillo.
Los pulverizadores de GreenCity tratan de buscar soluciones respetuosas con el medio ambiente y son compatibles con la filosofía de slow gardening. Con una vida slow, conseguirás una gran conexión con la naturaleza y el entorno, respetando los tiempos de la naturaleza.
Sea cual sea tu caso no tienes excusa, si tienes ganas de cultivar en invierno también puedes hacerlo. ¡Pero no te olvides de que en estos meses hay que hacer un cuidado especial!